Aqui estoy en la cabina de un tren turistico que usamos para promocionar las fiestas del centro, en los buenos tiempos, en que todos estabamos contentos con la situacion entre los que trabajabamos para ganarnos un cuarto honradamente con la barra disco.
Realmente es como un coche, y para conducirlo, hay que tener una idea de como gira el convoy una vez en marcha.
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